Selección del modelo pedagógico y su correspondiente teoría del
aprendizaje
Por lo
general cuando se aborda un proceso educativo aparecen en escena los siguientes
elementos: el profesor, el alumno, los contenidos, los métodos, los medios y
los objetivos. El lugar, la concepción, la función y la manera como se
relacionen -y se han relacionado a lo largo de la historia- dichos elementos en
los procesos de enseñanza y de aprendizaje le han dado origen a los modelos
pedagógicos, con los cuales se construyen respuestas a preguntas como las
siguientes:
- ¿Qué tipo de hombre interesa formar? ¿Con qué
valores? ¿Con qué Competencias?
- ¿Cómo o con qué estrategia técnico-metodológicas?
- ¿A través de qué contenidos, entrenamientos o
experiencias?
- ¿Mediatizado a través de qué medios?
- ¿A qué ritmo debe adelantarse el proceso de
formación?
- ¿Quién predomina o dirige el proceso? ¿El maestro
o el alumno?
- ¿Cómo se valoran los aprendizajes logrados?
Existen
diferentes aproximaciones al estudio de los modelos pedagógicos, las cuales de
alguna manera están recogidas en el estudio que, al respecto, realiza el
profesor Rafael Florez de la Universidad de Antioquia en su obra
“Hacia una Pedagogía del Conocimiento” (4)
Los
principales modelos pedagógicos -según clasificación de Florez, Rafael- son:
Modelo Pedagógico Tradicional
Este modelo
enfatiza la “formación del carácter” de los estudiantes para moldear a través
de la voluntad, la virtud y el rigor de la disciplina, el ideal humanista y
ético, que recoge la tradición metafísico - religiosa medieval. En este
modelo, el método y el contenido en cierta forma se confunden en la imitación y
emulación del buen ejemplo, del ideal propuesto como patrón y cuya encarnación
más próxima se manifiesta en el maestro. Se preconiza el cultivo de las
facultades del alma: entendimiento, memoria y voluntad, y una visión
indiferenciada e ingenua de la transferencia del dominio logrado en disciplinas
clásicas como el latín o las matemáticas. El método básico de aprendizaje
es el academicista, verbalista, que dicta sus clases bajo un régimen de disciplinas
a unos estudiantes que son básicamente receptores. La ilustración ejemplar
de este método es la forma como los niños aprenden la lengua materna: oyendo,
viendo, observando y repitiendo muchas veces.
Modelo Pedagógico Conductista
Este modelo
se desarrolló paralelamente con la creciente racionalización y planeación
económica de los recursos en la fase superior del capitalismo, bajo la mira del
moldeamiento meticuloso de la conducta “productiva” de los individuos. El
método es básicamente el de la fijación y control de los objetivos
“instruccionales” formulados con precisión y reforzados minuciosamente. Adquirir
conocimientos, códigos impersonales, destrezas y competencias bajo la forma de
conductas observables, es equivalente al desarrollo intelectual de los niños. Se
trata de una transmisión parcelada de saberes técnicos mediante un
adiestramiento experimental que utiliza la “tecnología educativa”. Su más
prestigioso exponente es Skinner.
Romanticismo Pedagógico
Este modelo
pedagógico sostiene que el contenido más importante del desarrollo del niño es
lo que procede de su interior, y por consiguiente el centro, el eje de la
educación es ese interior del niño. El ambiente pedagógico debe ser el más
flexible posible para que el niño despliegue su interioridad, sus cualidades y
habilidades naturales en maduración, y se proteja de lo inhibidor e inauténtico
que proviene de exterior, cuando se le inculcan o transmiten conocimientos,
ideas y valores estructurados por los demás, a través de presiones programadas
que violarían su espontaneidad. El desarrollo natural del niño se
convierte en la meta y a la vez en método de la educación. El ideólogo de
este modelo es Rousseau, y en el siglo XX se destacan Illich y A.S.
Neil, el pedagogo de Summerhill.
Modelo Pedagógico Desarrollista
La meta
educativa es que cada individuo acceda, progresiva y secuencialmente, a la
etapa superior de desarrollo intelectual, de acuerdo con las necesidades y
condiciones de cada uno. El maestro debe crear un ambiente estimulante de
experiencias que faciliten en el niño su acceso a las estructuras cognitivas de
la etapa inmediatamente superior. En consecuencia, el contenido de dichas
experiencias es secundario; no importa que el niño no aprenda a leer y a
escribir, siempre y cuando contribuya al afianzamiento y desarrollo de las
estructuras mentales del niño. Dewey y Piaget son lo máximos exponentes de
este modelo.
Modelo Pedagógico Social
Propone el
desarrollo máximo y multifacético de las capacidades e intereses del individuo. Tal
desarrollo está determinado por la sociedad, por la colectividad en la cual el
trabajo productivo y la educación están íntimamente unidos para garantizar no
sólo el desarrollo del espíritu colectivo sino el conocimiento pedagógico
polifacético y politécnico y el fundamento de la práctica para la formación
científica de las nuevas generaciones. El desarrollo intelectual no se
identifica con el aprendizaje -como creen los conductistas- ni se produce
independientemente del aprendizaje de la ciencia, como creen los
desarrollistas.
Sus
representantes más destacados son Makarenko, Freined, y en América Latina Pulo
Freire.
En los
sistemas educativos contemporáneos encontramos aplicaciones de los diferentes
modelos pedagógicos o combinación de éstos prevaleciendo aquellos que están
inspirados en las explicaciones cognitivas y sociales del fenómeno del
aprendizaje.
En relación
con las Teorías del Aprendizaje podríamos decir que todas
tienen algo que aportar al diseño de ambientes virtuales de aprendizaje. Sus
aportes no son convergentes, cada teoría tiene su propia perspectiva para
analizar el acto de aprender y sus propios métodos para explicar cómo se obtiene
el conocimiento.
Las
aproximaciones al fenómeno del aprendizaje oscilan entre dos polos: El Conductismo y
el Cognitivismo. En un extremo se encuentra la teoría
conductista del aprendizaje de la cual se desprenden todos los enfoques
asociacionistas del fenómeno del aprendizaje, fundamentados en la teoría de los
estímulos y los refuerzos para lograr determinados resultados. En el otro
extremo, se encuentran la teoría cognoscitiva de la cual se desprenden todos
los enfoques que explican el fenómeno del aprendizaje a partir de los procesos
mentales y de las estructuras de la memoria humana.
Entre las
teorías cognoscitivas sobresalen la Sicología Evolutiva,
famosa por sus aportes al desarrollo de los niños y los jóvenes y por su
contribución al aprendizaje de tipo experimental, conjetural y por
descubrimiento, y la teoría de Procesamiento de Información que
explica el fenómeno del aprendizaje a partir de los procesos internos que
ocurren cuando se aprende y de las estructuras de la memoria.Es decir, utiliza
las teorías de procesamiento de información para explicar lo que sucede en el
ser humano cuando aprende, y los mecanismos que éste usa para capturar,
almacenar, buscar, recuperar y producir nueva información.
En medios de
las teorías Conductistas y Cognoscitivistas se encuentran algunas posiciones
eclécticas sobre el aprendizaje, Conductismo Cognoscitivo, como es el
caso de la teoría de Robert Gagné. Este Psicólogo comparte los postulados
de las teorías anteriores pero agrega una taxonomía y una teoría que permite
ligar tipos de estímulos –eventos- con tipos de respuestas -resultados o
aprendizajes esperados-, al tiempo que establece cuáles fases del aprendizaje
-procesamiento de información- deben apoyarse para propiciar el logro de
diversos tipos de aprendizaje.
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